SOCIEDAD

LA MEMORIA DE AUSCHWITZ
Un 27 de Enero de hace 71 años, las tropas soviéticas, durante su ofensiva final en Alemania durante la II Guerra Mundial, liberaban y descubrían el infierno artificial. Las cámaras de gas, el antisemitismo, las fosas comunes, la tortura, el ferrocarril y la ideología nazi serían premisas ideales para este genocidio. Estaba situado en la ciudad polaca de Auschwitz, el mayor campo de concentración de exterminio. Se trata de Shoá  (en hebreo “La catástrofe”), comúnmente denominado el holocausto. 

Memoria a aquellos millones de judíos que fueron devastados por el régimen nazi. Memoria a aquellos miles de españoles que se vieron masacrados en otro “establo de la muerte”, este situado en Mauthausen, conocido como “el campo español” (gracias al régimen franquista imperante en España). Memoria a casi el millón de gitanos fusilados por combatientes nazis. Memoria a los millones de homosexuales, discapacitados, mujeres y niños cruelmente asesinados tras haber sido explotados laboralemente (y tras haber sufrido el viraje de la guerra) en beneficio del régimen de Adolf Hitler (apoyado por España, Japón e Italia, principalmente). Memoria, memoria y dignidad, a aquellos que fueron atrapados por el genocidio, a aquellos que fueron desgajados de sus familias, a aquellos que sobrevivieron bajo torturas ( https://www.youtube.com/watch?v=GaxBQClwxas ), a aquellos que cayeron en la muerte, a aquellos que luchaban contra el nazismo. Memoria a las personas que no fallecieron, sino que que fueron asesinadas.

Un genocidio durante el III Reich, durante la II Guerra Mundial, en el que Hitler y su camarada querían la supremacía total de la raza aria (es decir, los alemanes, definidos tradicionalmente como personas altas, rubias y de ojos claros).

Por último, también pido dignidad. Dignidad para aquellos que huyen de la guerra. Aquellas personas que son racionalizadas, identificadas, perseguidas y torturadas (caso actual de Dinamarca, Inglaterra, Alemania, etc). Dignidad, en absoluto, para el ser humano, que, como dijo Hobbes, es un lobo para el hombre.

Para una información mayormente detallada, les dejo una serie de artículos y vídeos que reflejan tal calamidad:

Origen:
- https://es.wikipedia.org/wiki/Holocausto

Documentales de larga duración:
- https://www.youtube.com/watch?v=WBZsPHGbOBk
- https://www.youtube.com/watch?v=0-vNaWo6un0
- https://www.youtube.com/watch?v=wJ_KNbrhdec
- https://www.youtube.com/watch?v=_1Bx1L_3nvI

Corta duración:
- https://www.youtube.com/watch?v=Tg9ZG4Klcro
- https://www.youtube.com/watch?v=3Ljo-7L0Sgg

Películas en el siguiente enlace:
- http://listas.20minutos.es/lista/peliculas-sobre-el-holocausto-374848/


Las lágrimas huyen. La memoria pertenece. La historia se repite. 

¿DÓNDE ESTOY?

Qué buena pregunta. Qué buena y qué sonrojante pregunta bajo el contexto en el que estoy haciéndolo. Qué absoluta vergüenza siento de una parte –mayoría o minoría eso lo decididiréis vosotros- de la sociedad en cual estoy inmerso. Pero, ¿cómo podría definirla?

Quizás, arrogante. Arrogante por mirarse el ombligo, arrogante por rechazar el asilo de los refugiados, arrogante por creer que alguien posee la verdad única, arrogante por tradición. Quizás podríamos definirla como partidista, manipuladora y descafeinada. Porque, cuando sabes que el “share” más alto pertenece a Gran Hermano, cuando uno de los libros más vendidos es de Belén Esteban (no entro en la fortuna que cobra al día por ser, simplemente, un objeto), cuando notas que el amor es más importante que un cubata, cuando juegas con las “macrocifras” para camuflar las “microcifras”, cuando ocurre todo esto, estoy seguro que tú, al igual que yo, diríamos que esta sociedad no se acuerda de lo que hemos sido, de lo que hemos sufrido y de la riqueza cultural y social que podríamos poseer. Que prime más el dinero, en todos los ámbitos, que cualquier otra cosa, es digno de un calificativo como “asco”. Quizás, volviendo a esto de los adjetivos, tanto especificativos como explicativos, podríamos asignarle a esta sociedad el de “estigmatizadora” y alienada. Por ignorar los temas importantes, por asignar roles partidarios y comparativos, por preferir la comodidad, por “estar pero no estar”.

Porque, a boca llena, ¿qué es esto? La autocrítica, la reflexión y todo en lo que se deriva están “de más” en esta sociedad, en la sociedad actual. Esa de la cual podríamos sentirnos orgullosos. Esa tan “multi” como todos los demás conceptos que existen. Esa tan rica que nos fuera un pilar de nuestro Estado del Bienestar.

Pero, por desgracia, todo lo que he escrito, no será leído en grandes magnitudes (lógico, no soy “tan famoso” como Belén Esteban). Todo lo que se lea aquí serán letras vacías para mentes que primen el euro (o la libra, lo que sea, pero el dinero en sí). Todo, todo, todo, seguirá siendo tan igual mientras sigamos en no sé donde.  Menos mal que somos desarrollados. Ahora, pregúntate por qué España sigue tal y como está o el por qué Rajoy sigue siendo el más votado.  

Dejo, a tu opinión, las infinitas preguntas que plantear respecto a esto.


“Estamos ante una crisis total. Una crisis económica que se quedaría en secundaria si nos diésemos cuenta de la pérdida de valores y de la recesión tan diversa  que sufrimos”

¿QUÉ SOCIEDAD ES ESTA? ¿POR QUÉ?

Vivo en una sociedad en la que los entramados sociales solamente van bien en épocas de esplendor económico. La misma sociedad que nos pisotean la cabeza políticamente y nos echamos la siesta en vez de alzar la voz. Vivo en una sociedad en la que la memoria histórica no es importante y en la que maltratan a mujeres a medio metro nuestra y no somos capaces (o “pasamos”) de hacer nada. También, esta sociedad, es la misma que idolatra a Cristiano Ronaldo y no al médico que ha salvado la vida a su familiar. Un caso similar a la situación normal en la que es preferible abusar de X en vez de ahorrar 1,57 euros para mandar un SMS en ayuda de los niños del tercer mundo.

Sinceramente, de una parte significativa de la sociedad me avergüenzo. Es malvada, hipócrita, interesada, fanática y caprichosa. Dicen A y hacen X, te prometen amistad y te clavan un cuchillo por cincuenta céntimos, te pegan si hace falta por tu ideología política o deportiva...

Esta sociedad, la misma a la que pertenecemos tú y yo, es un conjunto de relaciones personales en la que prima más ir a una manifestación tras centenares de muertes que las acciones orientadas a prevenir esos fallecimientos (que no digo que no sea importante revelarse, al revés). Una gran nube que no nos deja ver lo importante: el amor, la solidaridad, el respeto... derechos universales convencionalmente elegidos como valores que han de “poseer y ejemplarizar” todas las personas. Pero no. Es mucho más facil callar que revelarse. Es mucho más sencillo decir “no voy a votar a nadie en las elecciones” que leer las propuestas y participar en conflictos orales (gran parte de culpa de la sociedad que nos estigmatiza por ello). En esta maldita sociedad es más satisfactorio tener una noche con una persona que construir historias con tu pareja.

Un mundo cruel que condena a la cárcel a una persona por robar un móvil y deja a Rodrigo Rato hacer lo que le de la gana. Un mundo en el que las guerras son provocadas, en el que las prácticas prehistóricas que se hacen en algunos países son beneficiosas mediáticamente, en el que te cobran por ir a la Universidad y no te incentivan por hacer un poema. Un mundo que se mueve por dinero.

Esta sociedad está corrompida en todos los ámbitos. Cada uno de nosotros, tanto tú como yo, intentamos rodearnos de personas seguras, con unos principios claros y con una bondad infinita. Esto nos costará muchas decepciones en la vida, pero solo los que alzamos la voz, los que buscamos lo que realmente queremos, los que nos importa más el cariño que el dinero, tendremos a los verdaderos de nuestro lado. Estos, que pertenecen a una minoría dentro de esta sociedad pactada, merecen lo mejor de nosotros por estar a nuestro lado. Estos se merecen todo. Estos son los nuestros. Y con ellos debatirás, te enfadarás y chocarás. Pero jamás los dejarás por otros intereses.

Solo en una sociedad llena de solidaridad y de respeto me sentiría totalmente satisfecho. No creo que mis antepasados, que lucharon por lo que tú y yo disfrutamos actualmente, hubieran merecidos este asqueroso mundo que estamos construyendo.


Y sí, una publicación resumida en diez minutos y que se deja mil injusticias más por el escrito. Dejo que sean ustedes los que me ayuden a completarlo. La lucha por algo mejor debe ser constante.
  

¿Es esta invasión de la Iglesia trigo limpio?
La diversidad de beneficios que trae consigo estar vinculado a la Iglesia ha sido un tema confuso siempre. Unimos esta causa a las declaraciones del cardenal Cañizares en las que defendía la duda acerca de si la invasión de personas era trigo limpio. Ahora, por puro marketing ideológico, se retracta.

Es un hecho que siempre me ha parecido muy satírico. La mayoría de sacerdotes, obispos, cardenales... predican la palabra de Jesús. Da igual tu creencia acerca de este tema, pero debes saber que el mensaje de este personaje ensalzado por la Iglesia es el de solidaridad, amor al prójimo, ayuda y fraternidad. Una persona que, probablemente, y según sostienen muchos críticos, fuera de izquierdas y que su poder adquisitivo fuera reducido.

Todos somos humanos. Unos altos, otros bajos. Rubios o morenos. De piel blanca o más atenuada. Pero las características físicas a veces sobrepasan de esta posición para llegar hasta el terreno de la desigualdad.

Hasta aquí todo parece medio normal. Lo que no es lógico es que se divulgue la palabra de Jesús sin hacer ejemplo de ella. Es denigrante no acatar las raíces de tu ideología, al igual que lo es no respetar los derechos humanos. Es ilógico manejar como una marioneta a la religión para influir en los sujetos y vivir de manera lujosa.

Ante la delicada situación que están sufriendo países subdesarrollados debido, en parte, a los intereses de las potencias, muchas personas tienen que huir para sobrevivir. Este hecho está en aumento en las últimas semanas, a lo que ha calificado el cardenal Cañizares como “invasión” o “caballo de Troya”, abriendo una brecha de culpabilidad hacia ellos. Una oleada de reprimendas ha atacado al cardenal sin tener en cuenta una cuestión: puede ser que utilicen a esta persona para difundir este mensaje desde escalas superiores, ¿no?

Ojeo las noticias y me sorprende, parcialmente, una declaración de este cardenal en la que matiza su publicación y aboga por mostrar caridad. Y digo parcialmente por lo siguiente: si viniera de otra persona, me parecería un acto de una persona honrada. Pero, viniendo de este individuo, metido donde está metido, tras haber conocido a lo largo de siglos muchas cosas... ni me sorprende ni me alegro. El márketing puede ser de muchos tipos y se ha difundido en todos los sentidos. Aquí asistimos al ideológico, al de tiro la piedra y escondo la mano, al de “donde dije digo, digo Diego”...

La intrusión de la Iglesia en la vida privada de todas las personas por medio de la propaganda y de la crítica desmesurada parece ser obvia. La falta de respeto que ha mostrado este señor no es condenable ni por el gobierno español. ¿Que pasaría si insultase a Rajoy? Me meterían una buena sanción, eso sin duda. Aquí está la doble vara de medir que impera el mundo hoy día.

Sólo espero una cosa: dentro de la Iglesia... ¿opináis lo mismo? He visto pocas críticas a un mensaje tan, tan...

Este es solo un problema, grave y actual, que se ha causado en dicho entorno... lo peor es que existen muchos más y no queda dentro del círculo religioso, va hasta más allá. Entre todos juzguemos: ¿es esto trigo limpio?


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